Breve Historia de Outes
Breve historia de Outes
El Ayuntamiento de Outes se encuentra en la costa oriental de la provincia de A Coruña. Linda con Noia al sur, Negreira al este, Mazaricos al norte y Muros al oeste. Se divide en diez parroquias. Su capital es A Serra de Outes. Se caracteriza este Ayuntamiento por la conjunción entre lo monte y la costa. Posee una orografía particular de zonas de altas cumbres en su interior, frente a zonas costeras de playas y suaves valles, a escasos metros del nivel del mar. Fue cabeza del partido judicial abarcando los ayuntamientos de Muros, Carnota, Mazaricos y Outes desde 1822 hasta 1834, hasta que un nuevo régimen judicial lo trasladó para Muros. En la actualidad Outes posee una población de poco más de 6.000 habitantes con un amplio número de núcleos de población, -más de 150- y muy dispersos entre sí, dispuestos en los casi 100 km (cuadrados) de extensión.
Outes en la antigüedad
Los megalitos son construcciones a base de grandes bloques de piedra y tierra que se empezaron a levantar la finales del Neolítico (cara el 3000 la. C.) y durante cientos de años, hasta finales de la Edad de Bronce (por el año 1000 la. C.) sirvieron de lugar de enterramiento colectivo o individual y también como señal de dominio del territorio.
Son de varios tipos, uno de ellos es el menhir; probablemente el lugar de Pedrafita, en Valadares, el mismo que Pedrafita de Cabaña Mora -Santo Ourente de Entíns- hagan referencia a su posible existencia, se trataba de grandes piedras puestas verticalmente sobre el suelo.
En el siglo I antes de Cristo, llega la conquista romana. Para sostener su actividad militar y mercantil, crearon una red de calzadas, descrita en el famoso Itinerario Antonino, que unía todas las ciudades del Imperio entre sí. La más extensa, de las cuatro que cruzaban Galicia, era a llamada Per Loca Marítima, que circundaba toda la costa. Venía desde Brácara Augusta por Iria Flavia (Padrón), atravesaba A Barbanza y entraba por la actual Ponte Nafonso en el territorio de los Supertamaricos –tal y como llamaban los historiadores latinos Mela y Plinio a los habitantes de la margen derecha del río Tamaris (Tambre). Luego, flanqueando la ría, se dirigía hacia el Artabrorum parvo portus (Muros). También construyeron una tupida red de vías secundarias como la de Carleo, que unía las tierras altas de Valadares y Mazaricos con la costa.
Señal inequívoca de la situación privilegiada de nuestro territorio, son los diferentes hallazgos: “Ara de Banzas”, consagrada por un tal Victorinus, que se encuentra actualmente depositada en el Museo del Pueblo Gallego y la “Estela de Cando”, de intenciones funerarias, y que se encuentra en el Museo de la Catedral de Santiago; su decoración está formada por motivos geométricos (disco con agujero en medio), astrales (creciente lunar), una figura humana esquematizada y a continuación el campo epigráfico.
Estela de Cando
Ara de Banzas
Como símbolo de resistencia contra el Islam nació el culto al Apóstol, que comenzó a coger grande esplendor y se creó una red de caminos que llevaban los peregrinos a Compostela. Uno dieras caminos de Santiago venía desde Fisterra por la montaña, bajaba por San Lourenzo y pasaba por A Serra de Outes, donde durante siglos existió una capilla llamada “Santiago da balsa” en la que se detenían los peregrinos -quemada en la guerra civil española-, luego subía por Coiradas y A Barreira hacia A Ponte Nafonso. Otro Camino Francés comunicaba las tierras de Mazaricos con A Ponte Nafonso por Banzas, A Poza y la Esfarrapa en Santo Ourente y Vilardigo en Cando.
La torre de San Lourenzo de Matasueiro, conocida también como la torre de los Moros, sus restos los encontramos la poca distancia de la iglesia parroquial. Mide 15 metros de largo por 7,5 m. de ancho. Apenas se mantienen las paredes, la fachada oeste conserva una puerta con un arco apuntado gótico de duelas de piedra dispuestas radialmente. Titularidad privada.